lunes, 17 de enero de 2011

Vivías lejos, nunca supe bien; si tenías nombre me lo olvidé. Son las cinco y Palermo tiene poco que contar. En casa hay dos vinos si prometes que no te enamoras. Siempre esta pata de palo fue más zorra que mi corazón. Y así quedamos, fulanos de nadie. Digamos poco y brindemos por lo que viene y se va. Por ser estreno el asunto no estuvo tan mal; no hay besos campeones en un primer round. Después nos dormimos, creo que ni te abracé. Afuera llovía como la penúltima vez. Junto los vidrios en un vaso mientras desayunás un papel, y planeamos un viaje que jamás vamos a hacer

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