Nos empezamos de golpe, nos saboreamos de prepo, como salidos de un cuento de amor. Vos venías de un viaje de mochilas cansadas, yo pateaba verano sin sol. Y en el escolazo de los besos cantamos bingo, y así andamos, sin nada de mapas ni de candados. Nunca dejo que un ángel haga un nido en mi almohada, pero me acuerdo tarde, mi amor. Hoy me siento a la sombra de tus piernas dormidas y le converso a mi insomnio de vos. Y como los fantasmas del recuerdo salen a la noche a patotearte. Es tan fácil perderse en las calles del miedo; no me sueltes la mano mi amor, mi casa es un desastre sin tu risa
No hay comentarios:
Publicar un comentario