Me tomé un río y seguís acá,
riéndote en esta silla vacía.
De noche todo es beso y carnaval, pero
canta el gallo y nos hacemos los maestros en este horrible arte de lastimar.
Y ahí vamos, con este amor que no va ni a la esquina, buscando ciegos una tabla en el mar,
con este amor que mordió la banquina, cuesta arriba y pedaleando mal.
Te merecés abrigos que hoy no tengo, mientras los tejo guardá esta canción
No hay comentarios:
Publicar un comentario