domingo, 1 de enero de 2012

Empezá por aceptar tu maldad, un poco de autocrítica no te vendría mal. Me agarraste desatento; es que anduve por ahí, desprolijo por que sí. En el arte de fingir me ganás aunque yo me esmero mucho. Si te presto mi confianza abusás; me devolviste el corazón pertrechado. Algo pasa entre nosotros dos y no quiero entusiasmarme con palabras, ya no hago más que especular... Sé que a veces me comporto fatal, no prestes atención a esos detalles. Si me acerco te ponés a temblar, eso me confunde mucho

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